miércoles, 7 de abril de 2010

Pie de foto - Tango

El ejercicio que se nos mandó para semana santa consistía en coger una imagen y elaborar un pie de foto. Se nos recomendó utilizar una foto de tintes surrealistas, pero la verdad es que considero mucho más interesante desentrañar una foto de aspecto totalmente convencional. Es más fácil que nos sorprenda lo que guarda en su interior.

Aun así y siendo como soy, no puedo dejar pasar esta oportunidad de presentar al mundo al que a día de hoy es mi ilustrador favorito, James Jean.

Para aquellos que no tengan ni idea de quién es, os dejo su página web (http://www.jamesjean.com/), donde podéis encontrar una buena muestra de su trabajo, y otra página (http://www.jjeanius.net/) en la que se pueden ver, entre otros, todas las portadas que ha realizado para la serie de cómics Fábulas, de la que seguramente ya os hablaré en otro momento.

Sin más paso a comentar Tango, una de mis obras favoritas del autor (por supuesto, no sin música).


La imagen nos cuenta la historia de una chica. Una chica que no tiene nombre porque no es una chica real, sino un concepto de chica: ella es La bailarina. La bailarina que, como es de suponer, baila. Cualquier clase de baile habido y por haber corre por sus venas y se encuentra en cada milímetro de su cuerpo. Desde un vals a un foxtrot, pasando por el claqué y, qué diantres, la muñeira. Pero hoy la cosa es categóricamente distinta. Hoy quiere bailar tango.

Se dice que, cuando se trata de La bailarina, cada baile conlleva un suceso. Cuando baila danza, vuela, elevándose sobre todos los mortales a nadie sabe qué alturas desconocidas; cuando baila quick step, la gente comienza a sonreír a lo largo y ancho del mundo. Pues bien, cuando La bailarina baila tango, destruye. Como la fuerza encarnada del baile, La bailarina bailará sin preocuparse jamás de las consecuencias y hoy destruirá como no lo ha hecho nunca porque el tango arde en su interior; lucha por salir en los dedos de sus pies, en cada punta de su pelo, le rebosa en los ojos.

Pero nuestra protagonista tiene un problema: el tango, más que cualquier otro baile, no puede bailarse sola. Y el problema es mayor aún, porque desde el primer acorde hasta el último, con cada paso que dé, la fuerza del tango estallará a su alrededor sacudiendo suelo, aire y todo cuanto alcance. Así, en un apartado bosque, La bailarina pide a gritos, casi sin poder contenerse, la construcción de un autómata. Un autómata resistente, que aguante al menos treinta compases. Por suerte para ella, a las encarnaciones nunca se les niega nada.

Comienza el baile. A su alrededor se alza polvo, huyen los pájaros, aumenta la intensidad y la pasión se desborda. Vuelan árboles y rocas, convirtiendo el bosque en claro. Un remolino de hojas caídas y arrancadas les rodea mientras gira con violencia. El autómata comienza a agrietarse, pero La bailarina ya no siente nada. Ahora sólo es baile, el último baile de su vida, como cada vez que baila tango. Aumenta la fricción, la pasión y la violencia. El autómata pierde algunos dedos, su carcasa de piedra se requebraja y comienza a emanar savia de sus ojos, reventados por la música. Llega el final y los pies de la bailarina sacuden el aire y dan vueltas. Por fin el tango acaba y ella se deja vencer abrazada por el reguero de savia -ahora más bien sangre-, mientras el autómata se converte en cenizas y se derrumba. El remolino de hojas cae y todo queda en la quietud que sólo aporta el momento tras el éxtasis, la muerte.

Pronto vienen los buitres a dar buena cuenta del fruto del tango y completar su ciclo de existencia. Entre tanto, La bailarina renace tímida y atolondrada en cualquier otro lugar, hasta el día en que vuelva al tango.

3 comentarios:

Kora dijo...

De todas las piezas de Piazzolla, no habría elegido esta para ilustrar la imagen, pero siempre es bonito que alguien le invoque por el motivo que sea...

Una sugerencia: http://www.goear.com/listen/0f5ddca/el-tango-piazzolla-l.medina-castro

Ningüino dijo...

Esta no la había escuchado y no sé si la sugerencia viene al tanto de acompañar el texto o simplemente de escucharla.

Si no tuviera discurso, podría adaptarse mejor que Libertango; pero aún así me resulta muy largo para el texto.

Gracias por ello, by the way.^^

Kora dijo...

Uhm... solo era para que la escucharas. Realmente, no me gusta la parte recitada, pero la música es mejor, y es una pieza diferente. "Libertango" y yo no nos llevamos muy bien. Piazzolla tiene otras joyas, y me cansa que solo se conozca esa e "Historia du Tango" (aunque si hubieras incluído esa segunda, solo habría escrito :D)