Graham Wallas presentó en 1926 un modelo de proceso creativo en el que dividía y explicaba la creatividad en cinco fases:
- Preparación: En esta primera etapa del pensamiento creativo, seleccionamos e identificamos el objetivo creativo con el que vamos a trabajar. En esta fase es donde recopilamos información relacionada con nuestro objetivo.
- Incubación: Las ideas se frojan de forma inconsciente en nuestra mente y tienen lugar conexiones de ideas que luego darán lugar a la idea creativa.
- Intimación: En esta fase del proceso creativo, comenzamos a sentir que la respuesta anda cerca. Tenemos la creatividad en la punta de la lengua.
- Iluminación: Cuando la solución al problema pasa de nuestro pensamiento subconsciente a nuestro pensamiento consciente.
- Verificación: Por último, una vez tenemos la respuesta, comprobamos que efectivamente es válida, la desarrollamos y, finalmente, la aplicamos.
Muchos autores añaden a este proceso una etapa intermedia, entre la Preparación y la Incubación a la que llaman Generación. Se trata de una etapa en la que, una vez deteminado el objetivo creativo, nos familiarizamos con él de forma consciente, trabajándolo y generando ideas a fin de que el objetivo se asiente en nuestro subconsciente.
En mi opinión, la fase de Generación es primordial en el proceso creativo y, quizás por ello, la fase que más dificultad conlleva, pues en ella buscamos una respuesta consciente a nuestro problema. Dependiendo de cómo enfoquemos la fase de Generación, podríamos obtener una respuesta mejor o peor y obtenerla antes y después. Es aquí donde entran en juego las técnicas de creatividad, que nos ayudan en nuestro camino a la respuesta creativa.
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